Periodismo

Sufrimiento difícil de amilanar

La magnitud del daño causado en Pisco por causa del terremoto ocurrido el 15 de Agosto aún tiene secuelas. Es una herida latente que aún no es atendida al cien por ciento o por lo menos en su mayoría. Lamentablemente la reparación completa de ésta ciudad demorará por lo menos 5 años debido a su dimensión en población y terreno.

No se puede curar a todo el departamento de Pisco en un abrir y cerrar de ojos, éste es un trabajo gradual y constante en el cual se beneficiaran a futuro, pero… ¿Quién le explica esto a los pobladores de los alrededores de la ciudad quienes duermen con roedores, heces, pulgas, sin luz ni desagüe? Nadie les va a hacer entender todo el discurso que hablan políticos y gente con intención, pero sin actos concretos.

Varios alcaldes de diversas ciudades del Perú han salido a mandar ayuda hasta éstas fechas, casi a vísperas de cumplirse un año de la tragedia, sin embargo la ayuda no ha sido canalizada de manera correcta como suele suceder en estos lares. Pareciese que hasta en las tragedias la viveza del peruano es insuperable. ¡Qué orgullo de ser peruano!

La destrucción de la armonía de vida de los pisqueños será difícil de unir de nuevo. Es como un rompecabezas de un millón de piezas, delicado de armar y donde los fragmentos son difíciles de encajar y se pierden en el camino. Familias que ya no estarán juntas, no se verán más ni compartirán más sus fracasos o alegrías.

Pisco es una ciudad que volverá a ser como antes, bella, tradicional y de elementos que la resaltan del resto de los departamentos. No olvidemos que el Perú es grande y que lograremos un cambio sin dejar olvidados lo verdaderos factores que merecen atención ministerial y no un simple argumento del mal uso del pabellón nacional en un cuerpo desnudo.