martes, 12 de agosto de 2008






Luego de una visita familiar llena de abrazos y demás muestras de afecto, el compartir nos hace recordarnos siempre.
‘Lucho’, mi tío, no tuvo otra manera de demostrar su afecto más que con un enorme apapacho que se nota en nuestros rostros de alegría.


El sentimiento de felicidad que nos embarga al celebrar otro año de vida cada vez era más grande. Los olorosos pasteles, la colorida decoración y los vistosos trajes de los payasos y animadoras, nos hicieron disfrutar ésa tarde.


Diciembre para un niño es más que una fecha cualquiera. Los hogares llenos de adornos verdes, rojos y blancos abarrotan la casa y la infaltable taza de chocolate nos hace recordad momentos inmaculados de nuestra niñez.


Un día soleado, donde se vea hay un verdor que proviene del campo. La felicidad de un niño en un lugar donde correr es inigualable, la enorme expresión de felicidad es suficiente para saber que está más que feliz.


¡Fiestas Patrias! Un día del año para nunca olvidar, donde los potentes tragos peruanos y la mixtura de su cocina, hacen sentir al paladar sensaciones que no se describen, sino con un sólo decir: Amo al Perú y a su cocina.

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